LEATARE

Segundo domingo de cuarestena, y Dios vuelve a regalarnos algo muy especial para sobrellevar esta situación.

En el día de hoy la Iglesia celebra el domingo LEATARE, que junto con el domingo GAUDETE son los días de gozo y regocijo que celebra la Iglesia. En los dos días el sacerdote, si tiene a mano los ornamentos, se enfunda el color ROSA.

¿y todo esto porqué? porque en medio de los periodos de espera, de preparación y conversión, la Iglesia quiere recordarnos que lo principal de nuestra Fe no es el sacrificio sin sentido, si no la espera esperanzada mientras dura la tormenta, ni son las caras largas por el dolor de la pasión, si no la confianza de que Dios siempre provee para nuestro bien.

ALEGRÍA Y ESPERANZA.

Como si de una verdadera estancia en el desierto se tratara, esta cuaresma, Dios nos ha regalado una oportunidad única para entender todo lo que significó para Él la espera de su pasión.

¿En algún momento perdería Jesús la alegría? Él conocía las profecías, sabía que el destino del Hijo del Hombre era padecer vejaciones y sufrimientos. ¿Vamos a perder nosotros la alegría por haber perdido la libertad de movimientos en un mundo que al último lugar que nos animaba a dirigirnos era al cielo? ¿por habernos separado de nuestras rutinas que realmente no daban ningún fruto? ¿por haber puesto un metro de separación con el hermano al que hace años que no miro con amor?

No, no perdamos la alegría, mas bien esperemos pacientemente porque Dios no abandona a los que le aman de corazón. Como decía San Pablo : «Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración» (Rom 12,  12)

TRUCOS.

Ya sé, ya sé que lo que pido no es fácil. La liturgia de este domingo laetare nos da un truco esencial, la confianza «El Señor es mi pastor nada me falta … Aunque camine poro cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo» (Salmo 22)

No sólo el salmo 22 nos da confianza y nos muestra la bondad de Dios en todo momento, especialmente en los de necesidad. Así os animo, en los momentos de angustia, a investigar en la Biblia qué palabras dio Jesús a sus discípulos (en los Evangelios) o Dios al Pueblo de Israel (en el antiguo testamento) para que perseveraran en las dificultades. Os animo a leer a Jeremías o Isaías. «sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará en vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío.» (Is 32, 15). ¡QUÉ ALEGRÍA!

ALEGRÍA CON MARÍA.

Hay un último truco que a mí me funciona para no perder la alegría. No se desvincula de los dos anteriores, ya que se trata de fijarnos en aquella que confió y PROCLAMÓ: «MI ESPÍRITU SE ALEGRA EN DIOS MI SALVADOR». 

Hoy os voy a hablar de ella de una forma muy especial. Hace un par de años descubrí la advocación de MARÍA DE LA ROSA MÍSTICA, muy apropiada para los momentos que vivimos. En unas apariciones en MONTICHIARI (Italia), María animó a vivir el espíritu de oración, de sacrificio y de penitencia. Estos tres espíritus me parecen perfectos para adentrarnos de una forma transformadora en la cuarestena en la que no nos queda otra que vivir.

Oremos, ofrezcamos sacrificios (los que inevitablemente estamos padeciendo) y hagamos penitencia, sabiendo que esto pasa, y que todo lo hacemos de la mano de María. Cuando creamos que las fuerzas nos faltan aclamemos a nuestra Madre gritando con alegría.

MARÍA, ROSA MÍSTICA, MADRE DE JESÚS Y MADRE MÍA!

TU ERES MI ESPERANZA, MI  FORTALEZA Y MI CONSUELO.

DAME TU MATERNAL BENDICIÓN DESDE EL CIELO.

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

De la mano de María, con la confianza puesta en Dios, convirtamos esta cuarestena en una camino de transformación de nuestro interior. Pero no lo dejemos ahí, somos luz por el Señor, vivamos como hijos de la Luz, según la Bondad, la Justicia y la Verdad que son frutos de La Luz (cf. Ef 5, 8). Que en estos momentos, que fácilmente nos hacen caer en la oscuridad, nuestra  alegría y nuestra luz conviertan los caminos de la cuarestena en caminos de Amor, que ningún hermano camine en tinieblas.

Hagamos de esta cuarestena un camino de color de rosa para nosotros y para los que nos rodean, CON MARÍA SIEMPRE CON ALEGRÍA.