LA QUE HA LIAO … DIOS.

Algunos os estaréis preguntando porqué Dios ha mandado esto, porqué el coronavirus, porqué tenemos que pasar por estos agobios, incertidumbres, encierros… YO TENGO LA RESPUESTA. Dios quería que volviera a escribir y ha tenido que liarla muy gorda para que me enterara, para que volviera a dedicarle tiempo, para que volviera a pararme y pensar en Él. Porque como nos decía el Evangelio de ayer, día en que se anunciaron las medidas del estado de alarma, El hijo pródigo tuvo que pasar hambre y necesidad para acordarse de lo bien que estaba con el Padre Bueno (cf. Lc 15, 11-32)

 

TU TAMBIÉN HAS DEJADO DE ESCRIBIR.

Pero no soy tan creída, se que esto ha pasado para que yo volviera a ponerme frente al ordenador, pero no sólo por eso. Estoy segura que tú, en los últimos tiempos, meses, años… también habías dejado de hacer algunas cosillas que a Dios le agradaban. O a lo mejor llevas mucho tiempo sabiendo que tenías que hacer algo sin acabar de hacerlo. También necesitabas sentirte hijo solitario y necesitado para convertirte en hijo pródigo.

No sólo hablo de cosas que tienen como referencia a Dios, también podemos identificar familiares y amigos que teníamos abandonados, compañeros de trabajo con problemas personales a los que hacía mucho que no les preguntábamos un simple ¿qué tal va todo, estás bien? En definitiva, hermanos a los que habíamos dejado de considerar como prójimo porque nuestro centro somos nosotros mismos, nos hemos convertido en el hermano mayor de la parábola.

Pero tampoco queda aquí, a lo mejor también reconocemos alguna dimensión personal que podemos haber abandonado, carencias en el cuidado de nosotros mismos, en nuestro arreglo, en el orden de la casa o en el entusiasmo por nuestra labor profesional.

 

PEQUEÑOS MILAGROS.

Este momento de nuestras vidas, estas próximas semanas en que estaremos menos inmersos en la vorágine del mundo moderno, es perfecto para pensar en todas esas cosas que queremos cambiar. Dios nos ha dado este tiempo para poder vivir pequeños milagros. Os pondré un ejemplo de algo que me ha pasado, de mi pequeño milagro; Llevo dos días de fin de semana haciéndome la cama. Os confieso que no suelo hacer la cama ningún día, la mujer que me arregla la casa me la hace los días que viene. Mucho menos la hacía los fines de semana que me quedaba en “plan tranquilo” y este finde la he hecho las dos mañanas, FLIPA. Entrando en cosas más serias, hacía mucho que no me paraba a hacer media hora de oración, sabiendo desde hace años que tenía que sacarla no lo conseguía. Y estos dos últimos días lo he conseguido. Lo mismo me ha pasado con coger el teléfono y escribir y llamar a varias amigas a las que llevaba mucho sin hacerlo (también he recibido algunas llamadas y mensajes que no esperaba, esto me demuestra que no es algo que esté viviendo yo.)

Así que te animo a detenerte, a pensar y a ponerte luego en movimiento para buscar tus PEQUEÑOS MILAGROS.  

UN PEQUEÑO TRUCO (ALGUIEN QUE ME HA AYUDADO)

Y sin ánimo de enrollarme mucho más voy a terminar con una pequeña idea, un consejillo, la referencia de alguien que te puede ayudar, lo se porque a mi me ha ayudado,

Porque los milagros no dependen sólo de nuestras fuerzas, si no no serían milagros, Dios nos dejó muchos medios por los que su Gracia nos llega y nos impulsa para conseguir lo que a priori nos parece imposible. Una de esas ayudas es la intercesión de Los Santos, y en muy poquitos días celebramos al hombre más santo de la Iglesia, al Santo más grande después de María. Sí, el 19 de marzo celebramos a SAN JOSÉ.

Hace 29 días comencé una consagración de 33 días a San José, con un libro del Padre DONALD H COLLOWAY (Consacration to St. Joseph, os dejo el LINK a su WEB) , y día tras día he ido notando como me acompañaba en el camino de esta crisis. José vivió crisis, vivió incertidumbre, tuvo motivos para pasar miedo, pero en medio de la inseguridad siempre mantuvo la calma, siempre se volcó en cuidar a su familia y por ello me ha ayudado a vivir con calma estos días, a mejorar mi trato con Dios y a pensar más en los demás, El fue el campeón de todo esto.

 

JOSÉ, ESPERANZA DE LOS ENFERMOS, ILUMÍNANOS EN ESTOS TIEMPOS DE PANDEMIA.

QUE NO PUEDA CON NUESTROS CUERPOS EL CORONAVIRUS Y QUE NO ATAQUE NUESTRA ALMA EL VIRUS DEL PECADO.

DEFIÉNDENOS Y ACOMPÁÑANOS.

QUE CADA PERSONA QUE SE ACUERDE DE TI DURANTE ESTA CUARESTENA VIVA SU PEQUEÑO MILAGRO.

 QUE VIVAMOS ESTOS DÍAS COMO LO QUE SON, LA PREPARACIÓN PARA EL GRAN MILAGRO, LA PASIÓN MUERTE Y RESURRECCIÓN DE TU HIJO ADOPTIVO, JESÚS. 

P.D.: Quiero recalcar que el primer punto tiene un tono marcadamente irónico, escrito porque no tengo ganas de dar más explicaciones sobre porqué no he pasado por aquí en mucho tiempo. En ningún momento pienso que Dios haya mandado esto, más bien pienso que Dios nos ha creado tan tan tan perfectos, a su imagen y semejanza, que de situaciones complicadas como esta,  que inevitablemente siempre llegan, el hombre que pone su confianza en Dios siempre acaba sacando algo bueno. ESTA VEZ VOLVEREMOS A SACARLO, PORQUE DIOS NO NOS ABANDONA NUNCA.