RECAPITULANDO.

Nadie abandona Medjugorje con las manos vacías. La vocación principal de los mensajes que allí resuenan es que regreses a tu vida ordinaria cargado de piedras. Si, no me he equivocado, de piedras.

Por si hay algún despistado y como ya ha pasado bastante tiempo desde el verano, haré una recapitulación apoyándome en mis publicaciones sobre el viaje. Cada uno de los últimos cinco posts  lo dediqué a una de estas “PIEDRAS PRECIOSAS”, que brillan como nunca ante nuestros ojos gracias a las palabras de nuestra Madre en Medjugorje.

Se podrían resumir de la siguiente forma (en negrita las “piedras”):

El TESORO ESCONDIDO en la CONFESIÓN.

VIVIR DE LA PALABRA DE DIOS, la BIBLIA

Haz tus ODRES NUEVOS con AYUNO

Vive una FIESTA en la EUCARISTÍA.

CUANDO PARECE QUE DIOS SE ALEJA permanece cerca de él a través de LA ORACIÓN.

LA UTILIDAD DE UNA PIEDRA.

Si pensamos en una piedra en el camino la relacionamos con inconvenientes, de esas que nos hacen tropezar. Efectivamente existen muchas piedras traicioneras, pero también existen de otro tipo, incluso las hay que a unos les hacen tropezar pero a otros no: Sus caminos son llanos para los fieles, para los malvados son piedras de tropiezo (Eclo 39, 24). En la Biblia es Jacob, en el relato del Génesis, quien mejor nos enseña que las piedras del camino pueden tener una utilidad muy positiva; pueden servir de almohada, un lugar donde recostarse y descansar (cf. Gen 18, 11-22), pueden marcar un lugar donde Dios se ha hecho presente o servir de base firme para un santuario (cf. Gen 35, 6-15) o  incluso podemos usarlas como testigos o símbolo de alianza (cf. Gen 31, 45).

Pero para mí hay una piedra bíblica que supera a las demás, una de cinco (en esto se parece a nuestro montoncito particular). David, cuando decide enfrentarse a Goliat, se ve con la armadura de Saúl puesta, no puede moverse, no puede actuar en libertad (demasiada protección o respetos humanos pueden llegar a impedirnos actuar como Dios espera de nosotros, pueden hacer que la piedra pierda efecto). Se quita la armadura y acto seguido coge cinco cantos rodados del rio y se los mete en el zurrón (cf. 1 Sam 17, 40). David, hijo de Jesé de Belén, un sirviente, vence a Goliat con UNA PIEDRA y se convierte en el nuevo jefe del pueblo de Israel, y es del que Natán profetizará: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino… Yo seré para él un padre y él será para mi un hijo. (2 Sam 7, 12-14)

BENDITA PIEDRA, no te cortes, usa sin miedo la piedra que Dios ha puesto en tu camino para vencer a tu enemigo por muy grande que parezca.

 

EL CAMINO ESTÁ LLENO DE PIEDRAS, SI NO DIFERENCIAS LAS DEL TESORO, PÍDELE A DIOS QUE TE DE LA GRACIA PARA VERLAS.

LA DIRECCIÓN CORRECTA.

Y las piedras de Medjugorje ¿Qué sentido tienen en nuestro recorrido espiritual? A mi me funcionan como marcadores del camino, como hitos quilométricos. Me explico. No es que nos vengamos con cinco piedras en el zurrón y con eso tiramos para adelante. Lo que descubrimos en Medjugorje son cinco TIPOS DE PIEDRAS PRECIOSAS (parte del tesoro escondido). Casi seguro ya las tenías todas identificadas, porque no son nada que Dios no hubiera revelado ya, son parte de la doctrina y la tradición desde mucho tiempo atrás. Pero estas cinco joyas (confesión, Biblia, ayuno, Eucaristía y oración) adquieren un brillo muy especial tras el paso por Medjugorje.

Dios nos ha hecho este regalo, nos ha dejado el tesoro a lo largo del camino, al alcance de la vista del que quiere ver y del entendimiento del que anhela saber. Estas cinco variedades de piedras sirven como brújula espiritual, porque si avanzas y éstas no mejoran en pulcritud y valor, ten por seguro que o vas en círculos, o has errado la dirección. Conforme avanzamos en nuestro trayecto espiritual, estos cinco tipos de piedras deben aparecer ante nosotros mas bellas y brillantes a cada paso.

Siempre han estado y siempre estarán, debemos aprender a mirar, no tienes mas que reconocerlas y seguirlas para avanzar hacia Él. Y si no las ves haz como el ciego de Jericó, pídele con Fe a Dios “Señor, que recobre la vista” (Lc 18, 41), y Él te las mostrará, y tu le darás Gloria.

BENDITAS PIEDRAS que muestran el camino a DIOS.

 

EN BUSCA DE LA PIEDRA PERDIDA.

Durante septiembre, además de estudiar, me he centrado en la oración, lectura de la Palabra, misa diaria y confesión periódica (¿falta algo?). Respecto al blog, como nos pasa tantas veces en esta vida, no tenía muy claro por qué camino seguir, así que me dejé guiar por las piedras que me han traído hasta aquí. Ha sido precisamente mi asignatura pendiente, el ayuno, la piedra que me ha llevado a mi mayor “descubrimiento espiritual” de los últimos tiempos.

En los pocos ratos libres que tenía, he indagado sobre los fundamentos del ayuno, su relación con la oración, enseñanzas de la Iglesia y, sobre todo, la tradición que nos han legado los Padres. Intento encontrar la tecla que me haga entenderlo y amarlo, porque como dice San Agustín (cf. De Trinitae libro VIII, IV, 6), “no se puede amar lo que no se conoce”, y al hilo de esto yo añado que tampoco se puede poner en práctica un hábito, o Virtud, sobre el que no se sabe nada.

Así que os animo a buscar vuestras piedras perdidas, las que os falten por identificar y conocer, para avanzar así firmemente por el camino espiritual, porque El que busca halla, y al que llama se le abre (Lc 11, 10).

 

UN ENCUENTRO INESPERADO EN EL CAMINO.

Desgraciadamente mi búsqueda no me ha llevado a encontrar el santo grial del ayuno. En cambio, el camino por el que he transitado siguiendo esta hilera de piedras, en especial buscando el resplandor de esa que llaman ayuno, me ha conducido a toparme con unos amigos inesperados, grandes enamorados de Jesús pero a la vez grandes desconocidos de nuestro mundo occidental.

SAN ANTONIO ABAD

Sondeando sobre el ascetismo y el origen del ayuno empezó a asomar una palabra por la que sentí “amor a primera vista”: HESICASTA. Seguramente a la mayoría os suena a chino como a mí hace unas semanas ¿y si os hablo de Theosis y Enosis, de Deificación, de la Filocalia, de la Oración de Jesús y la oración del corazón, del monte Athos, de los Padres del desierto, del Peregrino Ruso? ¿Y si os nombro a San Antonio Abad, a San Basilio, a Gregorio de Nisa y Gregorio Nacianceno, a San juan Crisóstomo? A alguno algo empezará a sonarle, a otros os seguirá pareciendo chino ¿O debería decir Griego?

Todo lo mencionado nace de la tradición cristiana de oriente, que se nos ha quedado un poco lejos y olvidad, pero ¿Por qué no? puede tener mucho que enseñarnos. Si conocemos poco a los Padres de la Iglesia occidentales, estas figuras y enseñanzas están a años luz de nuestro humilde conocimiento actual. Pero ¿sabéis qué? me parece que estos amigos me traen mi próxima PIEDRA DE ORACIÓN, prometo contároslo en el siguiente post.