Aquí me encuentro de nuevo, dispuesta a retomar la explicación donde la dejamos en el post anterior. La conclusión fue algo así como  que el sufrimiento y el mal son el PRECIO DE LA LIBERTAD, si Dios quiere que le amemos y amarnos con verdadero Amor, jamás puede quitarnos la libertad.

Pero dejemos de centrarnos en lo que Dios no puede hacer, y pensemos lo que Dios hace para convertir esos sufrimientos inevitables en un impulso para llegar como cohetes al cielo. Hay gente que llega a pensar que Dios se queda de brazos cruzados,  pero nada más lejos de la realidad, todos sus esfuerzos han ido, van e irán siempre, encaminados a mostrarnos el camino a la Salvación, el camino del Amor en plenitud, y en ese camino Él sufre con nosotros.

CATEQUESIS DE AMOR.

Jesús nos enseñó durante su vida a cómo vivir y dar fruto, amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. La clase principal de este curso de Amor la dio desde LA CRUZ. Clavado en aquella tarima, Jesús nos impartió una catequesis de Amor que se constituyó en el camino para afrontar cualquier CRUZ o sufrimiento que la vida nos ponga. Sus palabras fueron las siguientes:

1. Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. (Lucas 23, 34) Jesús nos anima a vivir las cruces desde el perdón. ¿Cuántas veces esas cruces son provocadas por la maldad o la inconsciencia de otros? Jesús, desde la Cruz les perdonó a ellos, perdonemos nosotros. El perdón es la mayor muestra de Amor, amemos a los que nos cruzifican, no alberguemos resentimientos, la cruz se hará mucho mas ligera. Así mismo, abramos nuestro corazón arrepentido a la Gracia de la misericordia y el perdón de Dios, por mucho que nos sintamos pecadores, Dios murió para salvarnos. Que no nos pese la cruz de sentirnos indignos de ser hijos suyos por haber contribuido con nuestros pecados y nuestro rechazo a su crucifixión, Él nos ha perdonado ya. VIVE EL SUFRIMIENTO PERDONANDO.

2. Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso. (Lucas 23, 43)  Ante al arrepentimiento de corazón del Buen Ladrón Jesús le promete el paraíso. Esta es la primera vez que Jesús, en su predicación, promete el Cielo a alguien. Dimas reconoce a Jesús crucificado a su lado y reconoce su propia culpa por lo que ha hecho, se arrepiente. ¡Qué gran ejemplo de cómo, viviendo la misma cruz, un ladrón la transforma en vida eterna mientras el otro ladrón la convierte en condena! no es la naturaleza ni el tamaño de la cruz lo que marca su resultado, si no la forma cómo la vivas. Como el Buen Ladrón hizo, cuando te sientas clavado a una cruz, reconoce y contempla a nuestro Dios en la suya. VIVE EL SUFRIMIENTO CONTEMPLANDO A CRISTO.

3. Mujer, ahí tienes a tu hijo… ahí tienes a tu Madre. (Juan 19, 26-27)  Jesús, desde la Cruz, nos entrega a su Madre a la vez que nos entrega a nosotros a Ella como hijos. La Cruz sin maría es pura crueldad, en cambio, con María a los pies se convierte en un ejercicio de fecundidad, nacemos a la maternidad de María en el orden de la Gracia. Desde aquel momento, María se convierte en el camino mas corto, mas seguro y mas  rápido para llegar a Dios, es madre de Dios y madre nuestra ¿Qué madre no intercedería entre sus hijos?¿qué hijo le negaría algo a su Madre? Pidámosle que haga nuestras cruces fecundas, que esté a nuestros pies. Pero sobre todo, y ante todo, mirémosla y aprendamos de cómo vivió ella la Cruz de Dios, su Hijo. VIVE EL SUFRIMIENTO CON  MARÍA.

4. Dios mío Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mateo 27, 46) Muchos piensan que Jesús tuvo un momento de debilidad… nada más lejos de la realidad. El que piense eso que me lea el SALMO 22 entero. Jesús estaba rezando, y no simplemente rezando, si no proclamando una profecía (recogida en el salmo) que en ese momento se estaba cumpliendo. Jesús nos muestra cómo afrontar el dolor con la oración, hablar con el padre consuela, haciendo los sufrimientos mucho mas llevaderos. VIVE EL SUFRIMIENTO REZANDO, HABLANDO CON TU PADRE.

5. Tengo sed (Juan 19, 28) Jesús sigue rezando y proclamando Salmos que profetizan su sufrimiento, SALMO 69. Su mensaje va mucho más allá de su sed física. Hay cruces que llegan con cosas que recibimos, pero hay otras cruces provocadas por cosas que nos faltan, sed de Amor, sed de Justicia, sed de poder… en definitiva, sed de cosas terrenales. Y ¿qué sed tenía Jesús en la Cruz? Tenía sed de almas a las que Amar desde la Cruz y llevar con el Padre, TENÍA SED DE TI. Así vivió Jesús su Cruz, centrándose en la sed espiritual y no en la sed física. La sed de cosas de este mundo nunca es saciada, si nos centramos en ella nuestras cruces se harán cada vez mayores. Cuando afrontes una cruz hazlo uniendo tu sed a la sed de Cristo, sed de eternidad, sed de llegar al Amor del Padre y llevar cuantas más almas mejor, de esta forma tu cruz será fecunda y llevadera. VIVE EL SUFRIMIENTO CON SED DE AMOR INAGOTABLE, AMOR A DIOS Y AL PROJIMO.

Carta de la Santa Teresa de Calcuta.

6. Todo está consumado(Juan 19, 30) Misión cumplida, lo que tenía que hacer está hecho, su misión pasaba por la Cruz, esa era la voluntad del Padre y así lo cumplió el Hijo. El camino a Dios quedaba trazado, la nueva alianza sellada por los brazos extendidos de Jesús entre cielo y tierra, el que reinaba en este mundo queda vencido y comienza un nuevo Reino. la Cruz se convirtió en camino de Vida Eterna para muchos. Todo un Dios vino al mundo y murió por nuestros pecados. Nuestro sufrimiento unido al de Él sigue sellando esta alianza, nuestro sufrimiento unido al de Cristo genera Vida y no muerte. Cuando sufras nunca olvides que, unida a la de Jesús, toda cruz tiene una misión en el plan de Dios que debe ser consumada, ¡ánimo! VIVE EL SUFRIMIENTO SABIENDO QUE SIEMPRE TIENE UN SENTIDO.

7. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (Lucas 23, 46). Y llega el momento final, las últimas palabras. Vuelve a ser un Salmo, SALMO 30 , como no podía ser de otra forma Jesús muere rezando. ¿Qué nos enseña aquí? Jesús nos da la gran clave de toda esta clase de amor, LA CONFIANZA. Cristo es capaz de soportar todo el sufrimiento porque confía plenamente en el Padre. El Salmo 30 sigue diciendo «SED FUERTES Y VALIENTES DE CORAZÓN LOS QUE ESPERÁIS EN EL SEÑOR».

Nuestro Señor le dijo una vez a santa Faustina Kowalska: “Las gracias de mi misericordia se recogen por medio de una sola vasija: LA CONFIANZA» Dios con su divina Misericordia te consolará en el dolor. VIVE EL SUFRIMIENTO CONFIANDO.

«¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará contra nosotros?. El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores?. ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?. ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?. Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.» (Romanos 8, 31-39)