¿QUIÉN ME INVITÓ A ESTA AVENTURA?

Como dije al comenzar este blog, lo que quiero reflejar a través de él es un camino, el camino de mi vida, un camino que, más o menos conscientemente, todos hacemos.

Y ¿por qué empezar a contároslo ahora? Pues básicamente porque alguien me lo ha pedido ¿y quién ha sido el friki que te ha dicho que cuentes tus cosas por internet? Pues ha sido un muy buen amigo, alguien que siempre ha estado ahí desde mi más tierna infancia. Este amigo me ha enseñado con su sabiduría a degustar el gran Amor con el que se me ha creado, y a entender lo que favorece y lo que entorpece ese proyecto de Amor. Ha iluminado con su consejo el buen camino, transmitiéndome entendimiento para penetrar verdades que, para mi limitada mente humana, por si sola, son imposibles de razonar y me ha dado la ciencia para conocer las realidades terrenales a la luz de este Amor. Ha infundido en mi un Temor filial, que siempre me ha llevado, con gratitud, a apartarme de aquello que le desagrada a mi Padre y ha hecho crecer en mi la Piedad que me lleva a dos cosas fundamentales en mi vida, a abrirme al Amor gratuito que se me ha dado desde que fui soñada en la mente de mi Padre, y a tratar a los demás como yo me estoy sintiendo tratada por Él. Por supuesto mi vida hasta ahora ha tenido algún que otro bache, como no podía ser de otra forma, este amigo siempre ha estado ahí dándome fortaleza para superar cualquier dificultad y ser íntegra en mis acciones.

Diréis, ¡menudos amigos te gastas! Pues tengo una buena noticia, Él también está deseando relacionarse contigo, ser también tu amigo (si no lo es ya) sólo es necesario que hagas un acto voluntario de aceptación de su amistad, de su Gracia, que le abras las puertas de tu vida.

OS PRESENTO A NUESTRO AMIGO.

Este amigo ha estado con nosotros desde siempre, “En el Principio… se movía sobre las aguas” (Génesis 1:1,2). Al principio intentó dárnoslo todo, creó un mundo “muy bueno” (Génesis 1:28,31) todo para nosotros pero como no puede ser de otra forma, los hombres le fallamos.

Ahí comenzó un periodo de infinita paciencia por parte de nuestro Amigo, eligió a un pueblo y se le manifestó a través diferentes personas (1 Samuel 10:10) y acontecimientos, marcando un camino de liberación y purificación, un pasar de la esclavitud a la libertad de la tierra prometida, pero no sin antes peregrinar por un desierto y alguna que otra batalla. El camino de este pueblo, Israel,  es muy similar al de muchos de nosotros ¿no os parece?. Esta Divina Paciencia dio sus frutos, y así vio nuestro Padre que tampoco se había equivocado tanto en su creación.

Decidido esto, quiso nuestro Amigo de nuevo establecer una alianza con nosotros, algo así como tendernos su mano (la mano a la que ya le habíamos fallado) para tener una reconciliación. La mejor forma que se le ocurrió fue viniendo a este mundo a vivir con nosotros, crecer como nosotros, gozarse con nuestras alegrías y sufrir con nuestras penas. Nos marcó el camino en esta tierra entregando su propia vida.

Pero como ya nos conoce, Él sabe que marcarnos el camino y darnos unas directrices para seguirlo no es suficiente. Nos creó libres, y libres deambulamos por la vida. La libertad con la que nos ha concebido es la gran fortaleza de su obra pero a la vez es el talón de Aquiles que nos puede llevar a alejarnos de Él. Así que tomó otra gran decisión, ya no nos guiaría desde lo alto, haciéndose presente de vez en cuando, iba a quedarse siempre con nosotros. Estando entre nosotros dijo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre…Mas el Consolador,…, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” (Juan 14:16-26) importante esto último, nos recordará todo lo que nos ha sido dicho. Y efectivamente, los primeros cristianos nos lo corroboran: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16).

Este amigo tiene un nombre, y como muchos ya habréis podido deducir es el ESPÍRITU SANTO, nuestro abogado, nuestro amigo, nuestra fuerza, nuestra luz, nuestro guía y compañero en el Camino.

Déjate llevar de la mano, como hizo María.

Hoy te interpelo a que, una vez has conocido y le has puesto cara a este amigo, le dejes que te coja la mano y ande contigo.

En el mundo en que vivimos se podría entender como señal de debilidad el necesitar que alguien te dé la mano para andar, pero aquí no estamos hablando de un alguien cualquiera, ni de caminos físicos, si no de la persona que mejor te va a enseñar el camino que va directo al Cielo ¿es el que quieres tomar? pues entonces no lo dudes, deja que sea tu línea directa con el Padre que un día te soñó.

Decirlo es fácil ¿verdad? pero hacerlo es otro rollo. Como de costumbre te invito a que tomes como ejemplo la relación que María tuvo con este mismo Amigo que hoy llama a tu puerta.

Durante toda su vida, nuestra Madre mantuvo una relación muy estrecha con el paráclito.

  • El mismo Arcángel Gabriel le anunció “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios” (Lc.1,35-36), y así ocurrió al aceptarlo  ella con un corazón PIADOSO pero no sin TEMOR por la gran labor que le estaba siendo encomendad (se turbó, Lc.1-29). CONOCE Y ACEPTA TU MISIÓN.
  • Ella misma lleva el Espíritu a otros. «Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno» (Lc.1,41-42). LLEVA SU MENSAJE.
  • En las Bodas de Caná, María ya rebosante de los dones del Espíritu Santo ( SABIDURÍA, ENTENDIMIENTO, CONSEJO, CIENCIA) intercede ante su hijo para que actuara por el bien de una pareja de amigos que celebraban su gran compromiso. (Jn.2,3). INTERCEDE POR LOS DEMÁS Y AYÚDALES.
  • Durante la Pasión de su hijo, María muestra una FORTALEZA, a los pies de la cruz, que no es concebible por parte de una madre amorosa, como era ella, si no es dada por le mismo Espíritu. ACEPTA LAS CRUCES CON AMOR.

Ahora ya sabes que ese mismo Amigo quiere caminar contigo, como lo hizo con nuestra Madre. Es el mismo Espíritu que sacó a los apóstoles de su miedo tras la marcha de Jesús, acompañó a los primeros discípulos en sus viajes y que durante 2000 años ha encendido la llama en el corazón de miles de millones de personas que han escuchado su mensaje.

REZA CONMIGO:

Espíritu Santo, Amigo.

Te abro las puertas de mi corazón.

Haz de mi cuerpo tu templo.

Instrúyeme a través de las sendas de la vida.

Ilumina las noches de mi alma.

Dame fuerza para llevar mis cruces,

ánimo para proclamar tu Verdad sin desfallecer

y llena mi corazón de tu Amor para poder rebosarlo.

Guíame por el camino al Cielo.