LA ENTREGA, EL CAMINO PARA EL MEJOR SERVICIO.

Cuanto tiempo sin poder escribir, cuánto tiempo dando vueltas a la mejor forma de transmitiros todas las cosas que pasan por mi cabeza y por mi corazón (el centro del alma). Terminado mi último servicio de EMAUS decidí escribir sobre EL SERVICIO. Pero le he dado tantas vueltas que no podía acabar saliendo bien. No me llegaba ninguna inspiración, nada que me dijera por dónde abordar el tema de amar entregándose. 

Esto no quiere decir que la entrega no sea la mayor forma de demostrar amor, de la cual su forma extrema fue la CRUZ. Pero según me he dado cuenta, en mi camino para entender esto totalmente y poder transmitirlo, me faltaba algún paso previo.

LLENARSE PARA DARSE.

Si no te llenas ¿qué vas a entregar a los demás?

ÉL TE OFRECE AGUA VIVA, FUENTE DE VIDA ETERNA

La samaritana es un gran ejemplo,  Jesús le pide de beber, y la ilusa piensa que así, sin más, puede saciar la SED del prójimo (que en ese momento es el desconocido del pozo). Jesús, que sabe muy bien lo que hay en el corazón de esta mujer, le abre los ojos a esa realidad “si supieras quién te pide de beber, le pedirías tu a Él” (cf. Juan 4, 1-42)

Y así, siguiendo el consejo del mismo Jesús, empecé a pensar sobre cómo era mi modelo de servicio ¿estoy yo intentando dar a los demás cosas que no tengo? ¿trato de saciar la sed espiritual (mía y de otros) con un cubo vacío de Agua Viva y lleno de otros brebajes que poco enriquecen?

RECONOCIENDO LA TIERRA RESECA.

Nadie está exento de esta necesidad de Agua Viva, todos tenemos en los jardines de nuestras almas zonas más resecas, más necesitadas de agua, y es precisamente en esas áreas, donde Dios saca los mejores frutos. 

Pondré de ejemplo a alguien que estoy conociendo, el Padre Kentenich. Desde su infancia tenía un gran dolor por la falta de arraigo (a los ocho años mandado a un orfanato, separado de su madre y sacado de su pueblo, no terminó de encajar). Esto le llevó a tener una gran SED DE HOGAR y esta sed es la que llevó a dar hogar a otros, a fundar el movimiento de SCHOENSTATT, basado en ese sentimiento de HOGAR, de pertenencia, de fraternidad y de acogida. 

Pero no llegó como si nada, antes tuvo que ponerse en manos de Dios, pasar por momentos de sufrimiento, de miedo y de conversión profunda, aún estando en el seminario y entregado a su vocación de sacerdote desde muy joven. 

Ser capaz de pedirle a Dios que te llene no es fácil (desgraciadamente), porque entran en juego nuestra libertad y nuestros bloqueos, pero sobre todo se hace extremadamente necesario el conocerse y reconocer nuestras arideces y limitaciones.

ACERCARSE AL POZO Y PERMANECER EN ÉL.

Dios desea que nuestra vida sea de entrega, Pero si no voy al pozo con un cubo no puedo recoger nada para entregar a los demás, acabaré notando la falta de fruto, porque sin agua viva no hay cosecha, por mucha semilla que siembre.

Igual de importante que localizar dónde necesito empapar más la tierra y  quitar las tapas del cubo si es que existe alguna, necesito también dedicar el tiempo necesario para bajar la cuerda hasta el fondo del pozo, pasar tiempo allí, esperar a que se llene suficiente. No vale un “llegar, tocar y salir”, para llenarse hay que PERMANECER. Como el Padre me ha amado, así os he amado yo, permaneced en mi Amor. Si guardáis  mis mandamientos permaneceréis en mi Amor (Jn 15, 9-10)

No hago más que repetirme que esto no es un tarea fácil, pero hay gente que lo ha conseguido. Puedo fijarme en aquellos hermanos que nos han dejado testimonios sobre cómo llenarse de Dios, LOS SANTOS. 

¿CÓMO LO HIZO SANTA TERESA?

Voy a poner mi foco directamente en una de las grandes. Una de las imágenes del alma que más resuena en nuestro pensar católico es la del castillo interior, lleno de moradas, con que la comparó nuestra gran Santa Teresa. 

La santa de Ávila No veía el alma del hombre como un “ente espiritual” anejo al cuerpo físico, como un «algo» a remolque del cuerpo. Igual que mis pies han andado por el camino de la vida, pasando por colegios, universidades (academia), ciudades… A la par mi alma ha transitado por diferentes momentos, aperturas, cerramientos a cal y canto. Muy a menudo he caído en el error de preocuparme demasiado por dónde avanzaban mis pies pero sin pensar en el camino espiritual por el que a la par transcurría mi Ser. Per en esta imagen teresiana he encontrado una gran ayuda para superar estos errores.

Este camino espiritual que Santa teresa comparó con el recorrido por las estancias de un castillo favorece el deseo de permanencia ¿quién no querría habitar un castillo? ¿quién no gustaría vivir en esas habitaciones de altos techos, grandes ventanales, disfrutando de cada estancia? recorro todo este camino sabiendo que tras las sucesivas puertas se encuentra la morada donde más goza el alma, donde el alma disfruta del Amado. Con una imagen así ¿quién no va a permanecer a pesar de las tormentas que puedan sobrevenir afuera?

Las moradas,

MI ESTANCIA FAVORITA.

Sin desmerecer a Santa Teresa, hay otra Santa que eligió para PERMANECER  una lugar muy especial. Santa Catalina de Siena, con su marcado corte cristológico y dando  gran importancia al autoconocimiento (reconocer la tierra reseca de la que hablábamos al principio), se construye una CELDA INTERIOR PARA EL CONOCIMIENTO DE SI Y EL TRATO CON EL AMADO. 

“El árbol se planta y la celda se construye en el conocimiento humilde y sincero de lo que somos nosotros, y en el conocimiento de las maravillas que Dios obra dentro de nosotros con su gracia.” (Diálogo p.10).

Esta celda interior, aconseja Santa Catalina, es muy recomendable  que vaya acompañada por una celda exterior, un lugar físico donde el hombre pueda parar y aprender a sentarse junto al Amado, cara a cara, sin nada más que nos distraiga. Un cuarto de Guerra, como lo llamábamos en un post anterior (tiempo de ser feliz)¿¿

Pero como no siempre es posible este parón en el mundo, Santa Catalina nos ofrece la posibilidad de encontrarnos a solas con Dios en nuestro corazón. En su Imagen de la morada del corazón Santa Catalina nos regala un lugar humilde, sencillo, pero lleno de posibilidades.

En esta celda se inicia un camino lleno de tesoros, donde experimentar cómo realmente Dios me habla en la soledad del alma (aunque no haya conseguido del todo la soledad física), donde Dios se recrea en mi porque muestro la voluntad de estar fielmente junto a él y donde mi alma se hace consciente de las maravillas que el todopoderoso le ha concedido.

La celda interior. Santa Catalina de Sienna.

En esta celda se produce la unión más íntima posible, la del conocimiento mutuo que solo se alcanza compartiendo el tiempo a solas. Y desde el recogimiento de esta estancia el alma, unida al amado, podrá cantar, como hacía San Pablo, las grandezas de este amor:

TODO LO ESTIMO PÉRDIDA, COMPARADO CON LA EXCELENCIA DEL CONOCIMIENTO DE CRISTO JESÚS, MI SEÑOR. POR ÉL LO PERDÍ TODO, Y TODO LO ESTIMO BASURA CON TAL DE GANAR A CRISTO Y ESTAR UNICO A ÉL (Flp 3, 7-9)

¿QUÉ MEJOR FORMA DE TERMINAR LA CUARESMA QUE ADENTRÁNDOME EN ESA CELDA INTERIOR DEL CORAZÓN PREPARÁNDOME PARA  LA CONTEMPLACIÓN DEL MAYOR ACTO DE ENTREGA ? NO PERDAMOS LA OPORTUNIDAD DE APRENDER LA PERFECCIÓN DEL SERVICIO, EL QUE NOS REGALA JESÚS EN SU PASIÓN (PERMANECIENDO JUNTO A ÉL).