TODO EMPEZÓ CON ELLA

Reina de la Paz. Pintura de Carmelo Puzzolo

No podía terminar este mes sin dedicarle un post enterito a ELLA, no en balde esta aventura empezó con ELLA.

Fui buscándola a ELLA y la encontré. En aquella aldea de Bosnia Herzegovina se respira algo muy especial, se puede palpar el Amor de Dios y la Paz en los corazones, se saborea la Gracia, y ¿Qué corazón humano ha sido el más rebosante de amor, lleno de Paz y rico en Gracia? Efectivamente, el de ELLA. Se podría decir que en la unión de todos los corazones allí presentes se manifestaba su Inmaculado Corazón, por lo tanto ELLA está allí y yo he estado con ELLA.

Todo cambia cuando la miras y, cuando tus ojos siguen a los suyos, tu mirada se eleva hacía su hijo y así, sin darte cuenta, mirándola a ELLA miras a Jesús, estando con ELLA estás con ÉL. Objetivamente poco ha cambiado en mi vida desde el viaje, pero he aprendido que las cosas se ven con una luz nueva cuando tu mirada pasa primero por ELLA.

ELLA NO SE RAYABA.

María tuvo una manera muy especial de afrontar los «problemas». En los pasajes que el Evangelio nos habla de María casi todo son «problemas».  Un Ángel le comunica que se va a quedar en estado sin estar casada (Lc 1, 26-38), embarazada de nueve meses tiene que viajar semanas en un burro (Lc 2, 5), se pone de parto y no tienen un techo (Lc 2, 7 ), le anuncian que va a sufrir  un inmenso dolor (Lc 2, 35), al poco de nacer Jesús tiene que emigrar a Egipto (Mt 2, 13), pierde a su hijo en una peregrinación (Lc 2, 41-51) en una boda familiar se acaba el vino (Juan 2, 1-11), vive la Pasión, serena, al pie de la Cruz (Jn 19, 25). ELLA afronta todo esto de una forma singular, confiando de Dios.

Hace poco una amiga me dijo una frase que se me quedó grabada «María no se rayaba», desde ese día es una jaculatoria que me acompaña a todas horas. Unos meses atrás cualquier contratiempo, por pequeño que fuera me hacía perder la paz, me rayaba. Ahora, cuando veo venir la tormenta me repito esta frase, y me acuerdo de cómo María actuaba ante las «tormentas» de su vida. FUNCIONA

A ti, que te sientes identificado con esta dificultad a la hora de afrontar los problemas, todos o alguno en concreto, te animo a contemplar los pasajes anteriores a la luz de esta frase «maría no se rayaba», aprende de su actitud. Entendida esta Verdad, te animo a usarlo como jaculatoria y a pensar en María cada vez que los «problemas» te superen y te hagan perder la paz. Y si esto no es suficiente, te dejo una oración muy sencilla a María Auxiliadora, ya que casualmente hoy es su día (24 de mayo)

ESCUELA DE VIRTUDES.

hasta ahora he contado cómo me ha ayudado a mí sentir cerca a María, pero me gustaría ayudarte a encontrar en qué puede ayudarte a ti fijar los ojos en ELLA.

El “no rayarse” fue una de las virtudes de María, tenía muchísimas más, míralas e imítalas. Pero para contemplar algo  primero hay que saber qué debemos buscar. Por si a estas alturas vas un poco perdido, veamos cómo se define «Virtud» en el catecismo (CIC 1803): “La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien” , sin esta disposición sólo actuaríamos bien de forma esporádica o por pura casualidad. Ya sabes qué meditar. ¿Necesitas crecer en la práctica de alguna virtud? ¿abandonar algún vicio (en ellos caemos cuando olvidamos por completo alguna virtud y de ellos salimos ejercitándonos en la Virtud opuesta)? Piensa en María e intenta entender esos hábitos que nuestra Madre tenía y ejercitaba durante su día a día y que la hacían tan especial para Dios y de los que su Hijo, por ser verdadero hombre, aprendió mientras crecía . ¿Quieres parecerte a Jesús en sus virtudes? Aprende de las virtudes de María.

San Agustín decía que para obtener con seguridad y en abundancia los favores de los santos es necesario imitarlos para que, viendo que practicamos las virtudes que ellos ejercitaron, se sientan más movidos a interceder por nosotros.                  San Bernardo también nos pone al día con este tema diciendo: «La voluntad de Dios es que todo lo tengamos por María. Debemos reconocer que la esperanza, gracia y dones que tenemos dimanan de Ella».

María fue la depositaria de todas las Virtudes con las que Dios ha soñado alguna vez y como dice San Luis Grignion de Monfort en su Tratado de la Verdadera Devoción (n. 206), tiene la capacidad de revestirnos de ellas si ve en nosotros un verdadero deseo de acercarnos a su Hijo y si practicamos una Verdadera Devoción.

María es Escuela de Virtudes (voy a proponer que añadan esta letanía). Como las buenas Escuelas, María no sólo te  enseña y comunica las Virtudes, volviendo al Tratado de Monfort (n. 173), ELLA conserva y aumenta «nuestras virtudes y méritos a pesar del demonio, el mundo y la carne, que hacen esfuerzos para arrebatárnoslos».

Algunas listas que pueden ayudar.

Por un lado están las virtudes evangélicas de María, que corresponden en gran medida con las Bienaventuranzas (Mateo 5, 3-12).

  1. Purísima (Mateo 1:18,20, 23; Lucas 1:24, 34)
  2. Prudentísima (Lucas 2:19; 51)
  3. Humildísima (Lucas 1:48)
  4. Fidelísima (Lucas 1:45; Juan 2:5)
  5. Devotísima (Lucas 1:46-47; Hechos 1:14)
  6. Obedientísima (Lucas 1:38; 2:21-22; 27)
  7. Pobrísima (Lucas 2:7)
  8. Pacientísima (Juan 19:25)
  9. Misericordiosísima (Lucas 1:39, 56)
  10. Dolorosísima (Lucas 2:35)

Al igual que todos los pecados y vicios (término opuesto a la virtud) entran por la soberbia, no es si no por la virtud de la humildad, su opuesta,  que nos disponemos para disfrutar de las otras Virtudes. Por ello, dos grandes santos muy marianos comienzan sus listados por ésta.

San Alfonso María de Ligorio, en la Sección III (página 195) de Las Glorias de María , enumera otras 10 virtudes:

  1. humildad
  2. Amor a Dios
  3. Amor al prójimo
  4. Fe
  5. Esperanza
  6. Castidad
  7. Pobreza
  8. Obediencia
  9. Paciencia
  10. Oración

San Luis Grignion de Monfort también nos hace un listado de 10 virtudes de María. En el punto 108 de su Tratado de la Verdadera Devoción dice: «La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa. Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima Virgen, y en particular su humildad profunda, su feviva, su obedienciaciega , su oracióncontinua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina«.

Que ella nos ilumine.

En la Constitución apostólica Lumen Gentium, una de las 4 publicadas tras el concilio Vaticano II , se nos dice: “María brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de los elegidos”.

María ha brillado entre los Cristianos desde los primeros tiempos. Las primera reuniones ya sucedían alrededor de ELLA, «perseveraban en la oración unidos en un mismo espíritu» (Hch 1, 14) mientras esperaban que se cumpliese la promesa de la venida del Paráclito, del Consolador. Confiaron, muy seguramente movidos por el ejemplo de la Madre de Dios, y lo recibieron.

Hagamos nosotros lo mismo, que ella sea el centro de nuestras reuniones y de nuestro día a día, dejemos que su confianza nos ilumine, que su  ejemplo nos guíe, que su Amor por Dios nos conduzca a Él.

Quiero terminar con las mismas palabras con las que el Papa termina su exhortación Gaudete et Exultate, :

«Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús.

Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada.

Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña.

Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos.

Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa.

Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».